De por qué no todas las mujeres son iguales


Por: Flor Ceja Ramos

Dentro de la sociedad existe la expresión “todos los hombres son iguales”, pero, ¿por qué no existe esa misma frase con mujeres? a continuación, se analizarán los tipos de mujeres que existieron en la sociedad mexicana, con esto se busca contestar la interrogante ¿todas las mujeres son iguales?, dando un paseo breve por la historia de las mujeres mexicanas desde la cultura prehispánica hasta la época actual donde la mujer puede desarrollarse en cualquier ámbito.
En el México prehispánico solo había dos tipos de mujer: una era la madre y esposa encargada de mantener el hogar, tener y criar a los hijos: por otra parte, estaba la mujer guerrera esto debido a que los hombres morían en combates y al no haber hombres las mujeres comenzaron a pelear junto a los grandes guerreros. Los padres educaban a los varones y las madres a las mujeres de manera dura y austera. Las mujeres aprendían a comportarse, ser obedientes, reverenciar a las autoridades; sacerdotes; ancianos, temerles a los dioses y cumplir siempre con su deber. Desde niñas se les enseñaba a hilar el algodón y tejerlo, moler chile y maíz y los quehaceres domésticos.
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Al pasar de los años llega la época de cambios para México con la llegada de los españoles, tenemos el surgimiento de las castas y sobre todo a la primera mujer protagonista en la historia de México, hablo de La Malinche o Doña Marina.  Se impone el modelo de matrimonio católico, la sociedad está dividida y las clases están marcadas por las castas, pues se busca perpetuar la línea sanguínea. La Malinche fue una mujer indígena regalada a los españoles y posteriormente fue traductora de Hernán Cortés, ella fue una pieza clave en la conquista española, se le conoce como una traidora y debido a eso surge el malinchismo, que es renegar de la patria, la Malinche se podría decir que fue quien inicio con el sistema de castas, pues tuvo un hijo de Cortés, surgiendo así el mestizaje.    
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El México colonial tuvo como característica principal la llegada de las órdenes religiosas y la religión católica, en este tiempo las mujeres cumplen diferentes roles, ya hay más posibilidades, aunque aún se ven los roles femeninos muy marcados. Sin importar el estrato al cual pertenecía la mujer, todas debían ser vírgenes al casarse, sumamente apegadas a la religión, debían ser amantes, esposas, buenas madres, recogidas, hacendosas, bondadosas, educar con rigor a las hijas y sobre todo consentir a los hijos. El matrimonio era convencional. Los padres elegían al esposo ideal para su hija según su posición socio-económica y su línea de sangre pura para asegurar la permanencia en ese entorno. El comportamiento de la mujer estaba sujeto al esposo, la mujer le debía respeto, obediencia, sumisión y abnegación a toda prueba.
            En el monasterio las mujeres se perdían al mundo entre las redes cotidianas religiosas, la mayoría solamente tenía dos opciones, casarse y tener hijos o ser monja y dedicarse de lleno al monasterio. En los monasterios las mujeres tenían la oportunidad de estudiar y superarse, pero se pagaba un precio alto, después de entrar al monasterio se les consideraba muertas, la mujer ya no salía y su familia se olvidaba de ellas.
            Juana Ramírez de Asbaje, mejor conocida como Sor Juana, fue un caso excepcional, pues a diferencia de las demás mujeres, ella si entro al monasterio por cuenta propia, debido a que no se sentía apta para el matrimonio. Pronto se hizo notar y esto fue gracias a sus dones literarios y científicos. Fueron esos dones los que causaron envidia por parte de las demás monjas y revuelo por parte de los altas jerarcas, quienes consideraban inadmisible que una mujer manifestara dotes intelectuales, además de enojo por descuidar sus ocupaciones religiosas.
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Llega el siglo XX y comienza a verse un cambio pues el presidente Porfirio Díaz ha traído nuevos vientos para México, pero también con tantos años en el poder el hartazgo fluye y los cambios en los papeles y tareas de los hogares mexicanos cambian. Las mujeres trabajan para ayudar en los gastos del hogar, el pago no es justo y además tienen que soportar acoso por parte de los demás trabajadores e incluso del patrón, quien en ocasiones las violaba, las mujeres tenían hijos de los patrones, pero no tenían nada de privilegios, eran los “bastardos”.
            En 1910 con la llegada de la revolución las mujeres tienen un papel central en la historia, las Adelitas, eran mujeres con diferentes puestos en el frente de batalla, algunas eran ayudantes, cocineras, enfermeras, incluso algunas eran soldados. Principalmente eran mujeres campesinas en busca de un mejor trato. De este periodo destaca Carmen Parra “La Coronela” quien se unió a Madero, fue ella quien inspiro a las demás mujeres a unirse a la lucha armada y luchar por la igualdad de género. Con el triunfo de la Revolución Mexicana, llega a México la democracia, se crean leyes que favorecen a las mujeres, como el derecho a un trabajo digno, a un sueldo, la libertad de trabajar en lo que ellas gusten, entre otros más.
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Para la década de los 50`s la mujer emite su voto por primera vez, ya es considerada igual ante la ley y prácticamente puede hacer todo, se crean las escuelas para mujeres y la igualdad laboral. En 1960 con la llegada del feminismo las mujeres tienen más identidad y su voz se escucha más. Gracias a esto en el siglo XXI se abren nuevas posibilidades para las mujeres, ahora las mujeres pueden desarrollarse en cualquier ámbito, hay mujeres intelectuales, madres, profesionistas, ingenieras, mujeres que disfrutan la soltería, disfrutan su sexualidad y mujeres conservadoras.
            Destacan en el ámbito literario; Elena Garro, Rosario Castellanos, Rosina Conde, Beatriz Escalante, Ángeles Mastreta, Nellie Campobello. Mujeres que vivieron lo que significaba ser mujer en un país totalmente machista. Mujeres que con su literatura ayudaron a que se lograra ese cambio que se vive actualmente.






Bibliografía consultada
  • (2000) Los Derechos de la Mujer. México: Complejo editorial mexicano.
  • Beatriz Bernal Gómez. La Mujer y el cambio constitucional en México, el Decreto de 31 de diciembre de 1974.
  • Escalante, B. (2002) Cómo ser mujer y no vivir en el infierno. México: Editorial Nueva Imagen

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